Dirofilariosis canina: Qué es y cómo evitarla

La dirofilariosis canina es una enfermedad producida por un parásito, el nemátodo Dirofilaria immitis, y la transmiten un tipo concreto de mosquitos que suele haber en zonas templadas y húmedas (pantanos, playas). La habrás oído mencionar como enfermedad del “gusano del corazón”, y esto es porque su localización principal es en grandes vasos sanguíneos, como la arteria pulmonar y la vena cava, y en el corazón.

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¿Cómo se transmite?

Desde el punto de vista epidemiológico, esta enfermedad está presente en regiones en las que se dan las condiciones ambientales que propician la reproducción del mosquito transmisor: temperatura y humedad. En España, las zonas de mayor prevalencia de la dirofilariosis son el Sur de España y las Islas Canarias, y también la cuenca de grandes ríos y en zonas agrícolas de regadío. Hay zonas en las que el periodo de transmisión puede mantenerse todo el año, mientras que en otras se restringe a los meses de calor.

¿Cómo se diagnostica?

Se puede diagnosticar mediante un análisis sanguíneo de antígenos combinada idealmente con una exploración radiográfica que permitirá observar los daños causados por las dirofilarias en el corazón y los pulmones.

¿Tiene tratamiento?

Existe tratamiento para eliminar tanto las microfilarias como las formas adultas del parásito, además de las bacterias asociadas que contribuyen al proceso inflamatorio de los perros afectados por el parásito, sobre todo en pulmones y 

Los perros que estén gravemente afectados, pueden requerir también tratamientos de soporte complementarios (antihistamínicos, glucocorticoides), además de restricción del ejercicio para minimizar el riesgo de tromboembolismo pulmonar.

El protocolo estándar de tratamiento de la dirofilariosis canina puede reducirse hoy en día a 61 días, según los últimos estudios clínicos.

Y, lo más importante, ¿cómo se puede prevenir?

En zonas endémicas es fundamental la prevención de la infección. Para ello, tu veterinario te recomendará la utilización del producto de eficacia comprobada frente a la dirofilaria, para lo que existen distintos medicamentos como la milbemicina, la ivermectina, la selamectina y la moxidectina, disponibles en distintas presentaciones comerciales según el fármaco en cuestión.

En caso de que se administren estos fármacos de forma estacional (si vamos de vacaciones a algún lugar de riesgo), se debería iniciar la pauta preventiva antes de la época de transmisión, mantenerse durante toda la época de transmisión y terminar dicho tratamiento un tiempo después de acabar la época de riesgo.

Además, de forma complementaria a la utilización de estos métodos de prevención, recomendamos realizar pruebas de detección precoz al menos una vez al año. Existe un test rápido que con una pequeña muestra de sangre diagnostica la presencia de Dirofilaria immitis y anticuerpos de Leishmania infantum, Ehrlichia canis y Anaplasma platys en sangre, suero o plasma.

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